GRUPO DE ESTUDIO SSIA-IVCPASA

miércoles, 21 de diciembre de 2011

EN BÚSQUEDA DEL ¡HOMBRE NUEVO!

Fe Y Alegría, Constructora De Ese Hombre.
POR: LCDO. JUAN MONTIEL,
EX COORDINADOR PEDAGOGICO DE II Y III ETAPA
FE Y ALEGRIA "RAMON PAZ IPUANA"COJORO
“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para rebatir. Para guiar en el bien. La escritura hace perfecto al hombre de Dios, preparándolo para toda obra buena” (2 Tim. 3, 16-17)
Para nadie representa un misterio el desenvolvimiento de la educación en el mundo, pues desde siempre la humanidad ha reconocido a la iglesia de cristo como la pionera en la evangelización de la cultura a través de la enseñanza educativa. Sabemos que este mandato de Jesús: “ID, pues, y haced discípulos enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado” (cfr. Mt. 28, 19- 20) impulsa a su iglesia representada en Fe y Alegría, a renovar constantemente los métodos para una educación eficaz y sobre todo que invite a desarrollar los sentidos en pro del mundo en el que vivimos.
Considerando la urgencia del desarrollo integral del hombre y de todos los hombres en la gran comunidad latinoamericana, los esfuerzos educativos adolecen de series deficiencia e inadecuaciones. Por eso, Fe y Alegría propone la propuesta de crear y aplicar un proyecto pedagógico integral, que parta de la visión de la escuela necesaria y de las necesidades de los alumnos y de su cosmovisión; pretendiendo así la integración de conocimientos, comprometiéndose, a su vez, por su misión de servicio, a utilizar todos los medios a su alcance.
Debemos, por ende, interpretar nuestra realidad educativa, primero desarraigando la exclusión de mucha gente de la educación básica, para combatir, el gran analfabetismo que existe en varios de nuestros países; sobre todo en nuestra comunidad particular; segundo, nos debe interpelar también la crisis de valores que hoy en día adolecen a nuestras familias, siendo promotores de valores humanos y cristianos, devolviéndoles así el papel protagónico, como primera educadora y responsable del proceso de enseñanza y aprendizaje de sus hijos. (Cfr. Santo Domingo, 267
Es arduo el trabajo por una educación en donde reine una verdadera formación para la vida. Una formación donde el mismo sujeto sea el principal motor de su aprendizaje. Para nosotros como institución católica el reto es aun mayor, porque nos aguarda una formación humana cristiana, donde se valorice al hombre nuevo, que nos indica San Pablo (Cfr. Ef. 4, 24; Col. 3, 10); “Donde se explote el don artístico y científico de ese hombre nuevo, sus problemas y sus experiencias en el intento de conocerse mejor a sí mismo y al mundo y de superarse”[1]; para lograr así la formación integral del individuo. Toda ayuda será eficaz en la medida de que verdaderamente se valore lo nuevo. Sin dejar de ser nosotros; podemos abrir las puertas a la iniciativa de la iglesia de tener una educación donde reine Cristo Jesús el único y verdadero maestro. Refiriéndose al hombre nuevo, que es cristo, Juan Pablo II nos indica “que este Jesús llama a participar de su vida divina a la humanidad redimida”[2]. Luego señala citando a los Padres de la Iglesia, “sólo porque el Hijo de Dios se hizo verdaderamente hombre puede, en él y por medio de él, llegar a ser plenamente hijo de Dios”[3]. Este es el querer de de Fe y Alegría que clama en la actualidad ¡Hombres Nuevos! que sean capaces de encender la lámpara de la verdad, que puedan confesar su fe ante las naciones y sobre todo en cada uno de los ámbito de la sociedad pluralista en la que vivimos. Esto que Juan Pablo II señaló, la interpretó el P. jose Velaz de la siguiente manera “Fe y Alegría es un movimiento de educación popular integral y promoción social dirigido a la población excluida, para construir con ella un proyecto de transformación social, basado en los valores de justicia, equidad, participación y solidaridad”[4]
Nosotros como miembros de Fe y Alegría y de la familia de “Ramón Paz Ipuana”, debemos ser fiel a nuestra identidad de movimiento de educación popular, estar convencidos que la “educación es un poderoso instrumento de desarrollo humano y un medio de transformación social… (E implica) a la vez que se realicen acciones con los personas, incidir en el contexto… también desarrollar las posibilidades que permitan (crear) capacidades (que) se puedan ejercer para el bien de todos quienes forman parte de la sociedad”[5]
Hoy día es más difícil que antes sintetizar las varias disciplinas y ramas del saber. Porque, al crecer el acervo y la diversidad de elementos que constituyen la cultura, disminuye al mismo tiempo, la capacidad de cada hombre para captarlo y armonizarlo orgánicamente, de forma que, cada vez se va desdibujando más la imagen del hombre universal. Sin embargo, queda en pie para cada hombre, el deber de conservar la estructura de todas los seres humanos, en la que destacan los valores de la inteligencia, voluntad, conciencia y fraternidad; Todos los cuales se basan en Dios creador y han sido sanados y elevados maravillosamente en Cristo. (Gaudium et Spes. 61).
Ahora bien, nosotros como docentes debemos tener muy claro lo que verdaderamente significa, analógicamente, ser Fe y Alegría en palabras del P. De Viana.
“Lo que hace católica (a una escuela)…, no es la imposición de una confesionalidad doctrinal, sino su misión de promover un saber critico, integrado, interdisciplinario y enriquecido con una visión del hombre que afirma su inquebrantable dignidad y su apertura a lo trascendente”[6].

Con esta definición debemos posar nuestra atención sobre la realidad imperante de la formación integral del Ser (en este caso el alumno); formación que debe ser prioridad para todo docente, pues, de ella depende toda la capacidad de respuesta en el futuro del discente.
“Un hombre o una mujer formados integralmente son los mejor capacitados para el ejercicio profesional porque no sólo han aprendido “respuestas” sino que se han formado en el modo de resolver problemas para así poder enfrentar las situaciones siempre novedosas que les planteará la vida”[7]
Atendiendo a esta realidad, será necesario incorporar a nuestra planificación escolar, entiéndase P.P.A o P.P.I que promueva los valores etno-culturales, dignificando al alumno como “persona”, como se propone Fe y Alegría. Que parta de la realidad socio-histórica-cultural, pues, “la educación humaniza y personaliza…, al hombre; cuando éste logre desarrollarse plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndole facilitar en hábitos de comprensión y de comunión con la totalidad del orden real por los cuales el mismo hombre humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la historia”[8]. Por ende, la educación es verdaderamente plena, cuando es evangelizadora; que asume y completa la noción de educación liberadora, porque debe contribuir a la Conversión del hombre total, orientándolo radicalmente a la genuina Liberación cristiana que abre al hombre la plena participación de Cristo Resucitado. Sólo así, nuestros jóvenes podrán cubrir con las competencias necesarias en su formación intelectual; siendo nosotros, los docentes, unos emuladores de la hermosa pedagogía de Jesús, que se basa en el Amor, o, como se concebía en la antigua Grecia, un paidagogo es el que acompaña y conduce al paidos al crecimiento en todas las dimensiones de su Ser.
El carácter evangelizador, no es sólo propio de la Iglesia Católica, sino que es misión de todos los cristianos, “toda evangelización parte del mandato de Cristo a sus apóstoles y sucesores, se desarrolla en la comunidad de los bautizados, en el seno de comunidades vivas que comparten su fe”[9]; con esto queremos decir, que la educación es tarea del maestro o profesor de Fe y Alegría; pero que no se limita a esa persona, sino que es una acción en conjunto y que toma un carácter interdisciplinario y que podemos decir que esa comunidad de bautizados, no es otra, sino que, es nuestra escuela, que ha de ser promotora de valores cristianos-humanos, que forme verdaderos hijos de Dios que convivan en fraternidad en el amor “ágape”. En otras palabras, nuestra actividad ha de ser algo operativo, dinámico y esto exige un verdadero compromiso y adhesión al trabajo educativo que ha de traducirse en obras concretas. “El docente debe ser una persona que ame y sea capaz de empatizar, que sea docente por vocación”.
Dentro de nuestro plantel, que es donde se imparte toda acción pedagógica y es donde el discente pasa la mayor parte del día, es necesario que se tome en cuenta su realidad vital, pues vana será nuestra labor sino enfocamos una acción que no conozca al alumno desde su espiritualidad, desde su creencia, desde su cosmovisión; si obviamos esta realidad podemos caer en una enajenación que podría desplazar toda identidad cultural del discente, que no se apreciará al instante, sino en el futuro. Por esta razón se propone la inculturación, y ¿Qué es ésta inculturación?, Simple, es enseñar desde dentro de la misma cultura, en términos eclesiásticos”la inculturación (del evangelio), es un proceso que supone reconocimiento de los valores evangélicos que se han mantenido más o menos puros en la actual cultura; y el reconocimiento de nuevos valores que coinciden con el mensaje de Cristo. Mediante la inculturación se busca que la sociedad (nuestro pueblo Wayuu), descubra el carácter cristiano de estos valores evangélicos que están ausentes de la cultura, o porque se han oscurecidos, o porque han llegado a desaparecer”[10].
Como hemos dicho anteriormente, nuestra escuela, no es católica o cristiana sólo por su confesionalidad doctrinal, sino por su capacidad de promover y generar cambios que hagan que el hombre sea consciente de que es hijo de Dios y que la sociedad en la que está inmerso, es su comunidad de hermanos, en la que debe reforzar los valores de la fraternidad, amistad, solidaridad y amor entre tantos. Podemos decir que José María Velaz concibió y quiso que Fe y Alegría fuese vista de esta manera.
Por esta misma razón, al planificar nuestros proyectos de aula e integral, debemos primero partir de la premisa del “Ser-Religioso” y del Ser cognitivo y social de nuestros alumnos; un Ser-Religioso que posee una espiritualidad propia e innata, y un Ser capaz de aprender y descubrir cosas nuevas; por eso, Jesús de Nazareth al evangelizar utilizó elementos propios de la cultura judía: Idioma, costumbre, tradición, es decir, todo lo que formaba la identidad de ese pueblo, dándoles sentido a la plenitud de ser hijos de Dios capaces de amar y perdonar. Y sobre todo, sedientos de conocimientos.
Con mucha más razón, nuestra educación debe ser por excelencia humanizadora y humanizante, es decir, que exista en el proceso educativo un binomio fundamental: “enseñanza-aprendizaje”, “docente-discente”, que son los responsables de encausar una espiritualidad vivencial, que apunte a un compromiso último que se traduce en la configuración del Hombre y de Dios. Sólo de esta manera, desde la humanización, superaremos la crisis de civilización reflejada en la cultura de antivalores que padecemos; enrumbando al mundo por sendas de bienestar, justicia y convivencia, si la educación recobra su esencia humanizadora y se orienta a promover genuinas personas, capaces de vivir, de defender la vida y de dar la vida. De ahí entonces, la necesidad y la urgencia de asumir la educación como proyecto esencial de la sociedad. Podremos decir luego que nuestro trabajo arrojara enormes frutos, capaces de construir su propio futuro.
EL CENTRO EDUCATIVO Y EL DOCENTE QUE QUEREMOS: COMPROMISO DE EQUIPO Y PROMOCIÓN DE VALORES.
Cuando hablamos del perfil del docente de Fe y Alegría, debemos por sobre todo tener en cuenta que su trabajo es mucho mas importante para la sociedad, y que por gracia de Dios, posee una significante diferencia, la de ser hacedor de hombres de bien a semejanza de Jesús, quien proclamase la igualdad, la justicia y la fraternidad, fundada en el amor al prójimo. Por tanto, el docente y el centro educativo, deben ser continuadores de esta acción, de concebir hombres que sean capaces desde lo intelectual, desde lo humano, desde lo cultural y desde lo espiritual; que marquen la diferencia desde el respeto a los demás y de su entorno, la disciplina y la responsabilidad, por sobre todo, demuestren y reflejen a ese docente que los formó, como lo demostraron los discípulos de Jesús, cuando les toco testimoniar las grandezas de sus enseñanzas.
El centro educativo, ha de apoyarse en el componente pastoral, que no es simplemente un remedo de actividades religiosas o ritualistas; Claro está, que estas actividades son importantes para ir creando una conciencia de piedad religiosa y fortalecer una espiritualidad ya existente, pero, la pastoral no es solamente esto, sino que debe formar a todos los participantes del proceso de enseñanza-aprendizaje a que “posean una visión amplia e integrada de la cultura académica que se construye a partir de la cosmovisión que incluye al hombre abierto al cuestionamiento, a la responsabilidad ética y a la trascendencia”[11]. Con esto queremos decir, que todos los participantes deben estar conscientes de que esta cosmovisión es la realidad en donde está inmersa la escuela, es decir, la comunidad. Por esta razón, la escuela o centro educativo debe tener claro su misión específica, la de estar abierta a todas las visiones del hombre creando siempre un ambiente de dialogo.
En el proyecto de la Escuela Necesaria encontramos que:

“Todos los que nos involucramos en los centros educativos aprendemos a ser mejores personas..., a ser mejores cristianos solidarios con nuestros hermanos, a creer en nosotros, valorar nuestra cultura y a actuar para transformar la realidad que tenemos..., (por ende) promover la consolidación de centros educativos con el desarrollo de una educación de calidad que propicie en los niños y jóvenes..., la formación de personas con valores humanos y cristianos, conscientes de sus potencialidades y de su entorno, abierto a la trascendencia”[12]

Según este objetivo, el centro educativo, no es sólo una estructura encargada de formar hombres con una educación ajena a las enseñanzas evangélicas de Cristo, y que cada miembro esté exento a educar en valores. No, el centro educativo debe generar una corresponsabilidad con el proceso de enseñanza-aprendizaje; debe generar identidad, cooperación, solidaridad; y todo esto se logra, cuando se asuma la pastoral como una acción en conjunto, en la que todos los miembros del centro son tan responsables de la educación y en donde todos asuman el compromiso de construir la Escuela Necesaria.
Con respecto a la Educación Juan Pablo II decía que; “el proceso didáctico propio de la clase de religión deberá caracterizarse por una clara validez, orientada a formar personalidades juveniles ricas de interioridad, dotadas de fuerza moral y abiertas a los valores de justicia, de solidaridad y de la paz, capaces de utilizar bien la propia libertad.” Juan Pablo II, no se refería solo a la clase de religión, sino a la misma acción de la actividad escolar en el aula. No podemos separar nuestra actividad del proceso formativo de personas abiertas desde lo pedagógico, a los valores humanos y religiosos, por tal razón, no debemos olvidar este rol tan fundamental que definen nuestro perfil docente. Resumiendo, la pedagogía se debe apoyar en la pastoral.
EL PERFIL DE DOCENTE QUE QUEREMOS
En otras palabras, los educadores debemos esforzarnos por educar con el ejemplo y con la vida, de modo que no neguemos nuestras acciones, conductas y lo que pronuncia nuestros labios. Pues, el sentido último de la vida es dar la vida por aquel quien la necesita, en nuestro caso, los alumnos de la U. B. Fe y Alegría “Ramón Paz Ipuana”.
Resumiendo, el perfil de docente que queremos es el que educa para la libertad y la felicidad, sólo será posible si contamos con docentes que no le temen a las alturas, es decir, que no teman al cambio, que rompan con el paradigma tradicional que han venido trabajando y que sean capaces de adecuarse a la realidad nueva e innovadora; docentes que han descubierto su vocación de cumbre y viven empeñados en vuelos más altos e imponentes. Educadores que asuman su misión como portadores del espíritu, personas comprometidas en el crecimiento interior de cada alumno, que se ponen junto a él con respeto, admiración y cariño, y le brindan el apoyo necesario para que pueda desarrollar todas las posibilidades y encontrar su misión en una vida libre y feliz.
LOS PADRES Y REPRESENTANTES DENTRO DE NUESTRO PROYECTOS DE CENTRO, DE AULA E INTEGRAL.
Las familias deben recuperar su papel protagónico de primeros educadores, y que asumen también como educandos, dispuestos a cambiar y transformarse, a involucrarse activamente en la construcción del proyecto del centro educativo, de modo que la escuela se vaya estructurando como un modelo de la nueva sociedad que se pretende.
Nosotros como docentes, debemos por sobre todo tener en cuenta “que la familia es el primer ambiente vital que encuentra el hombre al venir a este mundo..., por esto es importante cuidarla y protegerla..., ella es el lugar del amor y de la vida; el lugar donde el amor engendra la vida”[13]. Nuestros proyectos siempre parten de la necesidad del niño, y consultamos con el currículo los contenidos para remediar sus debilidades, pero se nos pasa por alto incluir a los representantes, darles un lugar en el que sean corresponsables de la formación sus hijos. Reforzando el trípode alumno-representante-docente.
LOS PRIMEROS EDUCADORES SON LOS PADRES Y NOSOTROS SUS COLABORADORES.
Juan Pablo II, en el encuentro con las familias en Foggia (Italia), en su alocución les decía “vosotros, padres, sois y debéis ser los primeros y fundamentales educadores de vuestros hijos..., asumís la tarea de ayudarlos eficazmente a vivir una vida plenamente humana y cristiana. La familia es la primera escuela de virtudes humanas y sociales”[14]
Nuestra acción debe entonces dirigirse a crear conciencia en los padres y representantes sobre la prioridad de la educación cristiana que deben promover, para dignificar su humanidad. Que eduquen a los hijos en los grandes valores de la fe cristiana; en la fe en Dios Padre, en Cristo, su Hijo y en el Espíritu Santo. Ellos son la primera escuela de catequesis que tendrán siempre. En otras palabras, la familia es la primera y fundamental escuela de socialidad; como comunidad de amor, encuentra en el don de sí misma la ley que la rige y hace creer.
Nosotros como docentes, nunca debemos excluir a la familia de nuestra planificación escolar, pues estaríamos privándolos de un deber que deben asumir con nosotros, porque ellos son los primeros responsables de formar hombres y mujeres dentro de una moral familiar que vaya en construcción de una sociedad congruente, por tanto, nosotros debemos reforzar y apoyar su labor cotidiana convirtiéndonos en sus colaboradores en la construcción de una moral en valores.
LAS ESCUELAS CATÓLICAS SU MISIÓN ANTE EL PLURALISMO EDUCATIVO.
El proceso educativo tiene una gran diversidad que se limita a la formación meramente intelectual, descuidando la dimensión humana religiosa, decíamos anteriormente que la educación comienza por casa, donde la vida familiar tiende a enseñar las virtudes sociales y al amor a Dios y al prójimo. Pero la familia hoy en día necesita de mucha mayor colaboración, es aquí entonces, donde aparece la imperiosa labor de la gran familia de Fe y Alegría, en la educación católica, es donde interviene entonces, en la que verdaderamente se construye una nueva sociedad a través de las siguientes perspectivas:
a.    “El sentido de lo trascendente de la vida humana que se fundamenta en la experiencia de Dios.
b.    La dignidad inalienable de la persona humana que se fundamenta en la Creación y en la Redención.
c.    La igualdad fundamental de todos los hombres que se fundamenta en la Encarnación del Verbo.
d.    La Libertad de la persona humana, que se fundamentan en su dignidad y que impide su subordinación al orden de los medios intrahistóricos.
e.    En el sentido de la Historia humana que no queda anulado por el dolor ni el fracaso intrahistórico, sino que encuentra en la cruz de Cristo una clave de interpretación y de esperanza trascendente.”[15]

            Con este trabajo se pretende crear conciencia de nuestro trabajo, descubriendo la gran visión que nos presenta Fe y Alegría. Nos toca a nosotros en “Ramón Paz Ipuana” ser los nuevos visionarios de este sueño y trabajo tan grande que todavía está en construcción.


Reflexionemos juntos.
  1. Cuales las urgencias mas prioritarias en nuestro centros?
  2. Que métodos podemos implementar para que renovar nuestro quehacer?
  3. Verdaderamente enfocamos nuestro quehacer educativo desde la visión de escuela necesario y de nuestro proyecto de centro?
  4. Verdaderamente estamos siendo agentes promotores de los valores humanos-cristianos.
  5. Somos verdaderamente constructores de ese Hombre Nuevo?
  6. Que antivalores asedian nuestro centro?
  7. Somos verdaderamente promotores de una educación Popular?
  8. estamos humanizando a nuestros alumnos y  a nosotros a la vez?
  9. nosotros como docentes somos verdaderamente intercultores?
  10. Podemos definir nuestro perfil como docentes de Ramón Paz Ipuana?
  11. Somos constructores y corresponsables de una verdadera pastoral de aula y de centro?
  12. Nuestros representantes, están involucrados en el proceso formativo de los alumnos?
  13. A través de que instrumentos podemos involucrar a los representantes en el proceso educativo de sus hijos?
  14. Las perspectivas que aparecen en la disertación, las hemos aplicado en nuestro quehacer pedagógico?


Evaluación de la actividad
¿Que elementos hay que mejora?

APUNTES DE FILOSOFIA

ELABORADO POR:
»  CASTILLO PEROZO, FRANKLIN JAVIER.
»  COLINA VILLA, JESÚS ENRIQUE.
»  DORANTE LEAL, JAVIER ALEXANDER.
»  HOYO COLMENARES, JERWIN CEFERINO.
»  LEÓN, VALERI, RICHARD.
»  MAVARES MILLANO, ORÁNGEL RAMÓN.
»  MONTIEL MONTIEL, JUAN JOSÉ.
»  PEREIRA BELLO, BISMAR ANTONIO.
»  QUINTERO MEDERO, JESÚS RAFAEL.
»  RAMÍEREZ MARTÍNEZ, JESÚS DARIO.
»  SÁNCHEZ GALICIA, JUAN CARLOS.
»  SÁNCHEZ MELÉNDEZ, JOSÉ GREGORIO.
III AÑO DE FILOSOFÍA.
MARACAIBO, 2002.
FILOSOFÍA ANTIGUA: Juan José Montiel Moniel.
        HERÁCLITO: monismo dinámico.
            Su doctrina marca un gran avance sobre los milesios. Formula vigorosamente el problema de la unidad permanete del ser frente a la pluralidad e inestabilidad de las cosas particulares transitorias y aspira a resolverlo estableciendo la existencia de una ley universal fija que rige todos los acontecimientos particulares, y que es el fundamento de la armonía universal del cosmos por encima de la antítesis y contradicciones. Su filosofía esta recogida en una obra titula sobre la naturaleza  de la que se conocen muchos fragmentos.
        MOVILISMO.
            La movilidad de todas las cosas (panta rei = todo cambia) es atestiguada tanto por algunos de los fragmentos más conocidos de Heráclito << en el mismo río, ciertamente, no es posible entrar dos veces>>, como por testimonios posteriores: << Heráclito dice en alguna parte que todas las cosas se mueven y nada está quieto>. Y es en este punto donde manifiesta en primer lugar su novedad respecto a los milesios.
            El problema del movimiento está presente tanto en Heráclito como en sus predecesores, pero mientras para estos es sólo un problema implícito. Heráclito lo propone como tema a se y punto de partida de su doctrina.
            La novedad de la doctrina heraclítea está precisamente en señalar la movilidad, en remarcar el dinamismo esencial de todo lo real; todo cambia, cambian las cosas y cambiamos nosotros, lo único que permanece es el devenir  y en esto consiste la realidad de la cosas.
            Heráclito, acentúa el carácter dinámista iniciado por Anaximandro y Anaxímenes, con un profundo sentimiento del movimiento, la inestabilidad e impermanencia de la cosas particulares. Nada permanece fijo ni estable. Todo fluye. Todo cambia y se está haciendo siempre, y en este hacerse (gignesqai), en la continua transformación consiste la esencia de las cosas, las cuales son y no son a la vez.
        ARMONÍA DE LOS OPUESTOS.
            Heráclito explicaba el continuo cambio presente en todas las cosas como un alternarse incesante entre los contrarios. Para Heráclito, sin embargo, los opuestos no explican sólo el paso de una sustancia a otra sino, sino la esencia misma de cada cosa. Es precisamente la oposición permanente de los contrarios el fundamento de la estabilidad, de la realidad de las cosas
            Para Heráclito, por tanto, el único mundo verdadero es el mundo de los opuestos, en que los contrarios se exigen mutuamente:
            Y oponiéndose, sin embargo, se armonizan, se unifican hasta conducir o al menos, hasta negar su distinción absoluta.
            Igual que cada realidad encierra una síntesis de contrarios, el conjunto de todas ellas es también entendido por Heráclito como unidad, como armonía universal que significa y abraza toda multiplicidad: Y esa armonía es Dios, lo divino:;
        CRÍTICA DE PLATÓN Y ARISTÓTELES.
            Aristóteles por su lado crítica el siguiente concepto "el ser es inseparable de este continuo movimiento, el tiempo desplaza incesantemente las cosas, nada reposa sino cambiando; es decir: el movimiento no es algo sobreañadido, si constitutivo del ser".
            El influjo inmediato de Heráclito en Platón y Aristóteles, se realiza a través de los llamados heracliteanos, especialmente Cratilo, maestro de Platón. Que exageraron su doctrina y la presentaron de un modo unilateral, como un movilismo extremo. Esto influye en la valoración que Platón y Aristóteles.
            De Heráclito se retiene tan sólo al movilista absoluto que negó la permanencia de las cosas (a); a partir de aquí su doctrina se entiende también como negación del principio de no contradicción (b) y como relativismo y escepticismo.
            Platón hace una viva pintura de los heracliteanos o movilistas. De su propio maestro. Comentando, "a fuerza de dar vuelta buscando la naturaleza de los seres, éstos han llegado a sentir vértigo; y en consecuencia, les parece que las cosas dan vueltas, arrastradas en un movimiento universal…, según ellos, no hay en las cosas nada permanente ni fijo, se escurren o fluyen y se mueven, y están llenas de movimiento y devenir".
            Aristóteles tiene la misma imagen de ellos. Pero aclara que es imposible, que alguien crea que una cosa puede ser y no ser al mismo tiempo.
            Platón y Aristóteles exageraron el dinamismo heraclíteo sin comprender que el dinamismo tiene un limite, que las cosas tienen una realidad, una estabilidad fundamental, eso sí, en la permanente oposición de los contrarios, en la tensión constante entre ellos.

        EL FUEGO COMO PRIMER PRINCIPIO.
            Heráclito señala el origen del mundo como emanación del fuego. <<Este mundo, el mismo de todos, no lo hizo ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que siempre fue, y es, y será, fuego siempre vivo, que se enciende según medida y se apaga según medida>>…, <<todas las cosas se cambian recíprocamente con el fuego y en el fuego, a su vez, con todas las cosas, como las mercancías con el oro y el oro con las mercancías.
            El motivo por el que Heráclito señaló el fuego como principio material de todas las cosas, parece claro si se piensan en sus características, que expresan mejor que las de cualquier otra substancia la  continua movilidad y armonía presentes para él en toda realidad.
            Este fuego primordial, al igual que el agua de Tales o el aire de Anaxímenes, se cambian en formas más diversas; de él proceden todas las cosas y en ellas permanecen como substrato inalterable.
        EL LOGOS.
            Heráclito entendió como principio material al fuego, que también denominó logos, regla según la cual todas las cosas se realizan, la ley común a todas las cosas.
            La causa última de todas las transformaciones del Cosmos y de la armonía universal que de ellas resulta es una Razón eterna (logoV,gnvmh) que rige y gobierna todas las cosas y está presente en todas ellas. Todo cambia , se muda y se transforma, excepto la Razón, que, a manera de una ley, preside, impulsa y regula todas las mutaciones, permaneciendo ella misma e inalterable. y de esta manera en todo existe un orden racional.
            ¿Cómo debe entenderse esa Razón universal? ¿Es inmanente o trascendente? ¿Se distingue realmente del fuego y de cuantas cosas resultan de su transformación incesante, o se identifica con la realidad única universal? Heráclito parece dar a entender que es distinta y superior al mismo fuego, puesto que este es la materia primordial y permanente en perpetuo hacerse, mientras que la Razón permanece inalterable a través de todas las transformaciones. Incluso llega a afirmar que esa Razón se identifica con Dios: queriendo o sin querer, se la debe llamar Zeus. No obstante, Heráclito no llegó a formular el concepto de un Dios trascendente y separado del mundo. Su logos, más que como una inteligencia personal y separada, o como una causa extrínseca y ordenadora (concepto de un dios Demiurgo), debe entenderse como una ley necesaria (nomoV, moira, anaykh, eimarmene, Dikh) (aquí puede entreverse el concepto del devenir) inmanente al fuego que es la sustancia única, y a las cosas que resultan de su movimiento incesante de transformación. Todo esto se hace por necesidad. Necesidad y Logos son una misma cosa.
ARMONÍA UNIVERSAL: en este sentido, se puede entender una armonía entre los opuestos, es decir, procediendo todas las cosas de un mismo principio, los contrarios son también una misma cosa. Con la lucha de los contrarios <<se unifican las oposiciones y de cosas diferentes cosas brota una bellísima armonía
        EL ALMA.
        Heráclito hace coincidir la naturaleza del alma con el primer principio. Para él, el alma consta de fuego, de exhalaciones secas y calientes. Cuanto más seca se mantenga el alma, más sabia será; al contrario, toda posible contaminación de humedad, significaría disminución de la razón.
            Además, Heráclito reconoce en el alma -posiblemente por su conexión con el logos universal- la parte infinita del ser humano.
            (Antropología) el hombre está compuesto de cuerpo y alma. Los cuerpos se conforman en la vía descendente de las exhalaciones oscuras y opacas de la tierra. Las Almas, en la vía ascendente, de exhalaciones puras y transparentes del aire al desecarse del agua (ejemplo lluvia y evaporación). El alma es de naturaleza aeriforme, se renueva constantemente por la respiración. Su perfección depende de su sequedad y de su mayor  o menor proximidad al Fuego, de cuyo contacto se mantienen como los carbones. Las almas más secas son las mejores y las más sabias.
        PARMÉNIDES: monismo estático.
            Escribió un poema en hexámetros. Adopta una actitud polémica, por una parte contra el dualismo de los pitagóricos (ser y no-ser, pneuma, infinito y cosmos, lleno y vacío), y por otra contra el movilismo de Heráclito, a cuyos partidarios califica con duros epítetos.
        ARGUMENTACIÓN.
            Parménides, en su poema didáctico, en hexámetros, sobre la naturaleza describe no sin patetismo cómo marchó, en un carro, más allá de la órbita del sol y de las fronteras del día y de la noche, y allí fue instruido por la diosa Dike sobre la verdad del ser y el engaño de la apariencia.  La obra está dirigida contra Heráclito, que declaró el mundo de apariencias del devenir como el ser mismo.
            La diosa enumera tres caminos: primero el de la verdad, que el ser existe, y es imposible que el ser no exista; segundo, el del error, que el ser no existe, y es necesario que no exista. Otro tercer camino es el de la opinión, que el ser existe y no existe a la vez.
            "Dos caminos de investigación es posible pensar: uno, que el ser no existe, y es imposible que el ser no exista. Es el camino de la razón, a la cual sigue la verdad. Y otro, que el ser no existe , y que es necesario que no exista , el cual te digo que es un camino completamente privado de conocimiento , porque no se puede ni conocer el no-ser ni tampoco expresarlo…, por lo tanto, es necesario pensar y decir que el ser existe , porque existe el ser ,pero la nada no existe. Y todo esto lo dice la diosa."
        EL SER.
            Parménides toma por guía la razón, abandonado en el testimonio de los sentidos, en los cuales no hay verdad digna de fe, y adopta una posición realista frente a Heráclito y los pitagóricos.
            Ante el ser hay tres actitudes posibles: Iª , el no-ser existe, esta argumentación es propia de los pitagóricos, los cuales para afirmar el movimiento y la pluralidad de los seres, admitían el vacío, o el no-ser fuera del Cosmos esférico, que al penetrar dentro de éste por medio de la respiración cósmica lo disgregaba y multiplicaba en muchos seres numéricamente distintos. Contra ellos opone Parménides: el no-ser no existe, y, por lo tanto, no puede disgregar internamente al ser, siendo éste uno, indivisible e inmóvil.
IIª El ser existe y no existe a la vez, aludiendo a Heráclito, que admitía la unidad del ser, pero en perpetuo movimiento, originándose la pluralidad de las cosas de los encuentros entre los contrarios en las diversas fases de la transformación del Fuego. Contra esto arguye Parménides: es absurdo que el ser exista y no exista a la vez. Pero si se diera movimiento, el ser existiría y no existiría a la vez. Por consiguiente, el ser es inmóvil.
IIIª El ser existe y es imposible que no exista. En esta formula se sintetiza todo su <<realismo>>: << El ser existe y el no-ser no existe. Tu no saldrás nunca de aquí>>, sólo existe el ser y no existe el no-ser. No existiendo el no-ser, es imposible la división interna del ser. Por lo tanto, el ser es un, único y compacto. Los <<seres>> particulares son nada más que ilusiones u <<opiniones>> de los sentidos. Tampoco puede darse el movimiento, pues no existe distancia entre los seres ni espacio vacío en la cual pudiera realizarse. Así, `pues, toda la realidad, tal como la percibe la <<razón>>, no es más que un ser único, compacto, finito, limitado e inmóvil (monismo estático del ser finito).
Cualidades del ser. el ser es:
UNO: <<Puesto que ahora es juntamente todo, uno y continuo>>. <<Todo completo, único en su especie, inmóvil y sin término>>. <<Todas las cosas son uno>>.
ETERNO:. <<Nunca ha sido ni será, pues es ahora juntamente todo, uno y continuo>>. El ser tiene que haber salid del ser de la o de la nada. De la nada puede salir. De sí mismo tampoco. Luego el ser es eterno, no ha tenido principio ni tampoco tendrá fin.
IMPERECEDERO:.<<No hay nacimiento ni muerte>>. <<Son nombres vanos  todas las cosas que los mortales afirman creyéndolas verdaderas: el nacer y el morir, el ser y el no-ser, el cambiar de lugar y el mudar el brillante color>>.
ENTERO E INMÓVIL: << El destino ha encadenado al ser a ser todo entero e inmóvil>>. <<El ser, siempre igual a sí mismo, permaneciendo el mismo, reposa en sí mismo>>. No pueden darse mutaciones cualitativas ni cuantitativas, como tampoco movimiento local. Para que se diera movimiento sería preciso que existiera el espacio vacío. Pero el espacio vacío o es ser o no-ser. Si no es no-ser, el ser se movería en la nada. Si es ser se movería dentro de sí mismo. Luego no puede darse el movimiento (contra Heráclito y los pitagóricos).
CONTINUO HOMOGÉNEO E INDIVISIBLE: El ser no está dividido por el no-ser o por el vacío (contra los pitagóricos). El ser es igualmente ser en todas sus partes ( contra Anaxímenes). El ser es de igual fuerza  desde dentro hacia  todos sus lados, ya que no puede ser aquí demasiado y allí poco, no habiendo nada que le impida ser por doquiera semejante  a sí mismo; ni el ser es tal que pueda haber aquí más allí y allí menos ser.
LLENO, COMPACTO, FINITO, LIMITADO Y ESFÉRICO. El ser es una esfera redonda, llena, compacta, igual y homogénea en todas sus partes, que tiene un limite extremo, dentro del cual lo mantiene las ligaduras de la Necesidad.
<<Ser y pensar es lo mismo>>. Esta frase no debe entenderse en el sentido hegeliano de que el pensamiento se identifique con el ser, sino solamente en cuanto que puede pensarse lo que existe (el ser), mientras que lo que no existe (el no-ser, la nada) no se puede pensar.
        LA VÍA DE LA OPINIÓN.
            Al lado de la absoluta verdad, del ser, y distinguiéndolas del error, sitúa Parménides las opiniones del los hombres, no se atienen a la inteligencia sino que se dejan guiar por los sentidos. La naturaleza, el mundo que ante la inteligencia aparece unificado en razón del ser, se presenta a los hombres como voluble y perecedero. Sólo existe una realidad, pero susceptible
        SÓCRATES:

EL EVANGELIO VIVO; MISTERIO ENCARNADO E INCULTURANTE.

DISERTACIÓN ELABORADA POR:
LCDO. JUAN JOSE MONTIEL MONTIEL.
La inculturación en la formación sacerdotal.
Dentro de la importancia de la misión mesiánica, existe un elemento esencial, “la Evangelización, proclamar la palabra de Dios”. “Dios se ha valido de muchas formas para comunicarse con nosotros y últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo”[1], hecho carne, hecho hombre, es decir Jesús es la “Palabra que ilumina a todos los hombres, para que viviera entre nosotros y nos manifestara los secretos de Dios”[2]. Jesucristo es pues, “hombre enviado a los hombres”[3] y que “habla palabras de Dios”[4].
Este Dios hecho carne anunciado en todo el Antiguo Testamento y que a la vez es liberador de toda alineación, dejó una tarea a sus apóstoles diciéndoles “vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos y enséñenles a cumplir todo lo que les he enseñado”[5], este mandato está destinado a todas las criaturas, y contiene las enseñanzas sobre el verdadero Reino de Dios, en donde verdaderamente se vive la común unión entre hermanos (ágape). Con este mandato, Jesús nos está diciendo que proclamemos ese mismo mensaje traído por Él de parte del Padre, y lo hizo, no con un lenguaje ajeno, desconocido, sino con el lenguaje  del pueblo (expresiones, símbolos, tradiciones).
Jesús es el Hijo de Dios “nacido de una mujer”[6](María), y es Dios Verdadero. Todo esto lo creemos gracias a la doctrina que contienen las enseñanzas apostólicas y las Sagradas Escrituras, fuente irrefutable de toda verdad. “Así Jesús se hizo uno de nosotros”[7] “para liberarnos de toda esclavitud de pecado, al darnos la gracia de la adopción filial y a reconciliarnos con Dios y los hombres”[8]. Jesucristo nace en un pueblo (Belén), vive en un pueblo (Nazareth), vive en una nación y nace con una nacionalidad, perteneciente a una raza a una cultura (judía), bajo unas leyes. Él, ante las autoridades es uno más de los ciudadanos comunes de su país, por tanto Jesucristo “en su encarnación asume y expresa todo lo humano, menos el pecado”[9]. Él no fue ningún ser ajeno a los judíos, ningún extraño a los problemas de la cultura en la que se había encarnado; tuvo que aprender a leer y a escribir en el lenguaje judío, aprendió a jugar a reír y a llorar, a contar historias, compartió con sus amigos en las pequeñas reuniones que hacía en su casa, pues, Él era hombre, y era judío.
Dentro de la vida terrenal de Jesús, existía una gran misión, proclamar la Buena Nueva, el Reino de Dios y el mensaje liberador lleno de justicia, igualdad, amor y sobre todo el ágape (entiéndase como el amor compartido entre hermanos y no como una simple filantropía o “altruismo extremista”Q), el verdadero amor hacia el prójimo “ámense los unos con los otros”[10].
Ahora nosotros debemos reflexionar y hacernos dos preguntas: ¿Cómo pudo llevar a cabo su misión?, ¿Qué medios utilizó?. La respuesta es muy sencilla. Él utilizó o se valió de su condición de Hombre, inserto dentro de una cultura y “habló palabras de Dios"[11]; en palabras de hombre, fue el primer inculturizador del mensaje divino. “Es necesario inculturar el Evangelio a la luz de la encarnación, que mueve el evangelizador a compartir su vida con el evangelizado”[12], es decir, comunión con el hombre, esto es lo que hizo Nuestro Señor, vivir con el pueblo, pensar con el pueblo, sentir con el pueblo, en ningún momento se alejó de la comunidad. Los nuevos evangelizadores de Cristo deben seguir este gran ejemplo de incuturación; de nada sirve que nosotros anunciemos y proclamemos algo que no practicamos o compartamos y, que en vez de inculturizar (¿Qué es inculturizar? Inculturar consiste en un proceso que supone un reconocimiento de los valores evangélicos que se ha mantenido más o menos puros en la actual cultura; Y el reconocimiento de nuevos valores que coinciden con el mensaje de CristoÁ), lo que hacemos es “transculturizar”, es decir, desplazar todos los valores culturales del pueblo ( al decir esto, no estamos generalizando, sino que hablamos de un pequeño sector que siempre opaca el sentido verdadero y liberador del Evangelio), alegando que no van acordes al Evangelio. Claro está, que no todos los valores son positivos. Lo que queremos referir es, que, “por medio de la incuturación, la Iglesia encarna el Evangelio en las diversas culturas, y al mismo tiempo introduce a los pueblos con sus culturas en una misma comunidad (común unión); transmite a las mismas sus propios valores, asumiendo lo bueno en ellas y renovando desde dentro”[13]. Con esto podemos afirmar que, la Iglesia es, además de ser inculturizadora, culturizante, si no lo es, deberá serlo, por ende nuestra “evangelización debe continuar en la línea de la encarnación del Verbo”[14]. En palabras de Pablo VI, esta misión inculturizadora debe estar centrada en el Reino de Dio, “la Iglesia rechaza la substitución del reino por la proclamación de las liberaciones humanas, y proclama también su contribución a la liberación no sería completa si descuidara anunciar la Salvación en Jesucristo”[15].
¿Qué significado tiene entonces, el misterio de la encarnación de Jesús en nuestra actualidad?, ¿Cómo la estamos enfocando hacia nuestra Misión Evangélica?. Estas dos preguntas deberíamos formulárnoslas diariamente como cristianos que somos, pues, de nada sirve entonces que Jesús se haya encarnado en la humanidad. Si nosotros no estamos dispuestos a propagar el misterio salvífico de la encarnación redentora y liberadora de Nuestro Señor Jesús.
Jesús, es el primer propagador del Evangelio, “Él tiene palabras de vida eterna”[16], si Jesús tiene la “Palabra”a que da Vida, no cualquier vida, sino la Vida al acceso a la presencia del Señor, es decir la comunión filial entre Padre e Hijo, que recibimos gracias a Jesús en su anuncio (Kerygma) y en su sacrificio (Eucaristía), quien crea en este mensaje y sobre todo quien crea en Jesús obtendrá la recompensa que promete la Palabra: “en verdad, en verdad os digo, el que cree tiene Vida eterna”[17]. Jesús, no vino al mundo a hablar por su cuenta, sino, en nombre del que lo envió “mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado”[18]; por eso la veracidad del Evangelio proclamado por Jesús. Si él cumplió con su misión, ¿Por qué nosotros no podemos cumplir con la nuestra?, la de continuar esta labor evangelizadora e inculturizadora.
¿Qué significa inculturizar?
<<Inculturizar es una palabra todavía nueva tras de la cual hay una visión teológica también nueva que genera acciones concretas de respuestas del Evangelio a las transformaciones culturales. Uno de los más grandes inculturizadores es Cristo Jesús, en virtud de su encarnación “asume y expresa todo lo humano, menos el pecado” [19], Cristo se ha unido en cierto modo a todo hombre, Él se inserta en el corazón de la humanidad e invita a todas las culturas a dejarse llevar por su Espíritu hacia la plenitud, elevando en ellas lo que es bueno y purificando lo que se encuentra marcado por el pecado. Toda evangelización ha de ser inculturacíon del Evangelio.
La inculturación es el esfuerzo por encarnar el Evangelio en las culturas (indígena o no indígena, étnica o no étnica), e intenta la incorporación de valores evangélicos que están ausentes de la cultura, o porque se han oscurecido, o porque han llegado ha desaparecer.
“El fundamento teológico de la inculturación se encuentra en la encarnación del Hijo de Dios, que asumió las condiciones culturales de los pueblos”[20] este fundamento enmarca todo el simbolismo socio-cultural del pueblo, es decir, el uso del lenguaje y de símbolos comprensible y apropiados. Jesús se encarnó y asumió la cultura judía, nosotros vivimos, nos movemos dentro de una cultura, entonces pongamos en practica en nuestras vidas el Evangelio de amor, liberación, es decir, encarnar primero el evangelio y luego enseñar al otro (al prójimo), a que encarne, asuma los valores que trae el Evangelio>>[21], y decir a viva voz, he decidido vivir a la manera de Cristo.
¿Cuál es lo opuesto a la inculturación?
<<Lo opuesto a la inculturación, es la aculturación. La palabra aculturación designa los fenómenos que se producen cuando unos grupos de individuos viven en continuo contacto;  y de los cambios que allí se siguen en los modelos culturales de uno de los dos grupos, es decir, el producto de la aculturación, se observa cuando un individuo asume la cultura del otro y desplaza por completo la suya>>[22].
¿En qué sentido es importante inculturizar dentro de un seminario?
            Primero hay que responder de la siguiente forma: la formación dentro de un seminario, apunta hacia la configuración plena del aspirante al ministerio sacerdotal de Cristo. Pues, el mismo Cristo, al leer en la sinagoga un pasaje del Antiguo Testamento, del libro de Isaías: “el Espíritu del Señor está sobre mí y me ha ungido para anunciar la Buena Nueva y para proclamar la libertad a los cautivos”[23], afirmó que esta lectura se había cumplido en Él, “esta Escritura que acabáis de oír, se ha cumplido hoy”[24]. En efecto, “Jesús se presenta a sí mismo como lleno del Espíritu, ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva”[25]; es el Mesías Sacerdote y Profeta. Por consiguiente, el futuro “presbítero participa de la consagración y misión de Cristo de un modo específico y auténtico, mediante el sacramento del Orden, en virtud del cual está configurado en su ser con Cristo cabeza y pastor, y comparte la misión de anunciar a los pobres la Buena Noticia en el nombre y en la persona del mismo Cristo”[26]. Debemos entender que “toda la educación de los alumnos (del seminario) debe tender a que se formen verdaderos pastores de las almas a ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo, Maestro, Sacerdote y Pastor; prepárense, por consiguiente (los seminaristas) para el ministerio de la palabra: que entiendan cada vez mejor la Palabra Revelada de Dios”[27]. Para ser así verdaderos maestros del Evangelio anunciado y proclamado, sin temor a ser callados.
            La misión de Jesús, conlleva a que el aspirante al sacerdocio y, al que ya está ordenado proclame la Palabra Encarnada y Revelada en Jesús. A proclamar como Él; inculturando  a los marginados, quienes son los más necesitados de la Palabra; enseñada desde su lenguaje, desde su idiosincrasia o ideología, o sea, saber hablar, pensar, sentir y vivir, es decir encarnar la situación que atraviesa el marginado. Claro está, sin alienarse de su condición ni mucho menos alienarlos a ellos, y lo más importante, sin perder la verdadera identidad del mensaje del Evangelio que se centra en Cristo. Este ha sido uno de los últimos mandatos de Jesús a sus apóstoles, y que tiene un carácter trascendental, universal y sin fronteras, “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a todas las criaturas”[28]. Por esta razón él formando, debe entonces plantearse un compromiso y una opción concreta (además de la que ya ha hecho, al querer seguir a Jesús), como la que hizo Nuestro Señor. Optar por el compromiso por los pobres (entiéndase los más necesitados de la palabra y la salvación traída y anunciada por Jesús), quienes verdaderamente no han entendido el Evangelio, sólo porque no se les ha enseñado en su lenguaje (aquí no nos referimos a una sola cultura, sino a todas), por eso la deserción de los cristianos de la fe católica es grande, pues no se le ha respondido a su nivel o simplemente no se les ha elevado a la condición de hijos de Dios capaces de conocer y entender la verdad que es Cristo mismo. “Quienes no han recibido esta educación deben ser considerados los más pobres, por lo tanto, más necesitados de la acción educadora de la Iglesia”[29]. “Sin una adecuada formación humana, toda la formación sacerdotal estaría privada de su fundamento necesario..., el joven está llamado a ser imagen viva (de Cristo)..., a una perfección que en el Hijo de Dios hecho hombre y que se transparenta con singular eficacia en sus actitudes hacia los demás (amor al prójimo)..., además, el ministerio del sacerdocio consiste en anunciar la palabra, celebrar los sacramentos, guiar en la caridad, siempre a hombres concretos, todo sacerdote es tomado de entre los hombres”[30]. Volvamos a tocar el tema de la inculturación de los pueblos, presentando una opción que apunta a nuestras raíces, la opción por los indígenas. “muchos piensan, a veces, que lo importante es evangelizar, a veces entendido de una manera decorativa y estilizada, es decir una evangelización falaz, y no están concientes de que evangelizar es una opción llena de vida, y tratándose de las culturas (indígenas), es penetrar hasta las raíces, claro está, tomando siempre como punto de partida la persona (su dignidad) y teniendo siempre presentes las relaciones de las personas entre sí y con Dios”[31]. ¿Nos estaremos preparando para asumir una realidad tan grande como esta?. La de inculturar el Evangelio como lo hizo Nuestro Señor Jesucristo, que encarnó una cultura específica, que vivió dentro de una sociedad. Bueno, cada quien es libre de decidir lo bueno para su formación, pero, ¿Dónde queda el mandato de anunciar el Evangelio a todos los pueblos?. Si no tenemos a veces la intención de aprender el modo de cómo inculturar o evangelizar a una persona ( en particular al indígena), porque, para que esta persona (indígena) pueda entender una oración, tiene que, primero comprender su significado desde su concepción, hablarle de vida eterna como un encuentro con Dios, sin siquiera comprender el significado de la muerte. Nos tocaría a nosotros asumir y encarnarnos dentro de su cultura como, resaltar sus valores, dignificarlos como hijos que son de Dios.





[1] Carta a los Hebreos cap. 1, 1-2.
[2] Evangelio de Juan cap. 1, 1-18.
[3] Constitución dogmática Dei Verbum, cap I Nº 4.
[4] Evangelio de Juan cap, 3, 34.
[5] Evangelio de Mateo cap, 28, 19-20.
[6] Carta a los Gálatas cap 4,4.
[7] Documento de Santo Domingo Nº 4.
[8] Ídem Nº 8.
[9] Ídem Nº 228
Q al referirnos a altruismo extremista, nos referimos a una exagerada elevación del otro, es decir, por ejemplo, si estamos luchando a favor o por los derechos del hombre hasta sacrificarnos y, si el otro no ha comprendido el significado de este sacrificio y el significado de sus derechos como ser humano, entonces le estaremos acostumbrando a que otros trabajen por él.
[10] Evangelio de Juan cap. 1,12.
[11] Ídem. Cap. 3, 34.
[12] Documento de Santo Domingo Nº 230.
Á Inculturar o inculturizar supone, una reactivación de los valores propios de una cultura especifica, es decir, el evangelizador debe asumir, junto con el evangelizado, la conciencia de cultura creada y establecida por Dios, enseñando en el propio lenguaje.
[13] Carta encíclica de S.S. Juan Pablo II. Rdemptoris Missio Nº 52.
[14] Documento de Santo Domingo Nº 30.
[15] Evangelii Nuntiandi Nº 34.
[16] Evangelio de San Juan cap. 6,68.
a Entendamos Palabra por logos, es decir el verbo encarnado la razón de todo lo existente, se la descripción que hace San Juan en su evangelio cap 1,1ss.
[17] Evangelio de San Juan cap. 6,47.
[18] Ídem cap. 7,16.
[19] Documento de Santo Domingo Nº 228
[20] Cf. Hb 4; SD Nº 228.
[21] Cf. Diccionario de la Cultura. Herver Carrier, editorial Verbo Divino. Pgs. 244-245.
[22] Ídem pgs. 16-17.
[23] Libro de Isaías cap. 61,1-2.
[24] Evangelio de Lucas cap. 4,21
[25] pastores Davo Vobis Nº 11.
[26] Ídem. Nº 18
[27] Prebisterorum Ordinis, cap III, Nº 4.
[28] Evangelio de San Marcos cap.16, 15.
[29] Documento de Puebla Nº 1034.
[30] Cf. Pastores Davo Vobis Nº 43.
[31] Cf. Evangelii Nuntiandi Nº 20.