MONTIEL MONTIEL JUAN JOSÉ
Maracaibo 20 de febrero de 2001
Reflexionando sobre la esencia educativa.
Para poder hablar de Educación tenemos que hacernos la pregunta sobre ¿Qué es o significa la palabra Educación?
“Por Educación[1] entendemos una influencia decididamente intencionada sobre un ser humano en crecimiento (físico y psicológico), con un propósito: formarlo y desarrollarlo como tal”[2]. Ésta acción intencionada, es un hecho personal y comunitario, la Educación es un elemento esencial y permanente de la vida individual y social.
“El centro de la Educación en clave personalista y comunitaria es la persona, que se distancia del hermetismo propio del individuo”[3]. Por ende. “Educar es hacer sonar en el interior de los que escuchan, que la solidaridad es la ternura de los pobres; sólo así se entiende que la Educación sea una necesidad prioritaria del ser humano… por tanto, el buen maestro genera signos y conductas… el buen maestro reconocerá el valor de la vida humana, aunque el sistema económico de su alrededor lo esté triturando”[4].
En la antigua cultura occidental podemos apreciar que “El ideal griego de Educación proponía un humanismo, es decir, una razón digna de vivir del hombre. Esta pedagogía original, llamada paideia, tenía como ideal la formación del hombre entero: cuerpo, alma, imaginación, razón, carácter, espíritu”[5]
Reflexionando a la luz de estos conceptos y a la luz de Puebla: podemos llegar ha ver el valor de la Educación: “la Educación es una actividad humana del orden de la cultura; la cultura tiene una finalidad esencialmente humanizadora”[6]. Por consiguiente la Educación debe ser conciencia para aquellos que se llaman educadores. La Educación es culturizar al hombre, y/o, al culturizarlo se contribuye a su pleno desarrollo como ser humano que es.
La Educación y la cultura no se comprenden más que por su relación mutua. La relación entendida en una doble dimensión: individual y social; es decir, se trata del crecimiento de las personas, así como del modo de vida típico de las sociedades humanas.
“La Educación es una relación entre personas, de la que influye intencionalmente sobre otra y le ayuda a adquirir las cualidades necesarias para alcanzar su fin”[7]
De nada sirve enseñar sin educar o educar sin enseñar, el sentido de los valores humanos y morales de la vida, o que no se enseñe al futuro hombre, a como enfrentar la situación que tarde o temprano afrontará.
Debido a esta falta de formación para la vida, también a la situación económica y a la crisis de identidad y valores que atraviesa nuestro mundo y en concreto nuestro país, muchos jóvenes son víctimas del empobrecimiento y de la marginación social, de la falta de empleo a las exigencias de sus propias vidas, que se hunden en el sin sentido de un visión de futuro.
Ante esta situación de inconsciencia, el Papa Juan Pablo II se pronunció: “a los representantes del mundo, los alentamos a que intensifiquen sus esfuerzos a favor de la Educación, que es la llave maestra del futuro; derecho y deber de toda persona, para sentar las bases de un auténtico humanismo[8] integral”[9]. El Papa se refiere a un humanismo que rechaza toda idolatría, que permita al hombre hallarse a sí mismo, asumiendo los valores del amor, de la amistad y solidaridad.
Nuestro libertador, Simón Bolívar, decía que “un hombre sin Educación, es un ser incompleto”, Bolívar lleno de sabiduría; tenía mucha razón cuando dijo esto. Pues, quienes han sido desfavorecidos y privados de la educación, no podían reclamar sus derechos, simplemente por no conocerlos ni saberlos leer. De esta forma, eran vulnerables ante cualquier situación. Bolívar quería hacer tomar conciencia de la importancia de la Educación popular.
El Concilio Ecuménico Vaticano II ha puesto de relieve el alcance social del derecho a la Educación, exigiendo que sea reconocido como derecho primario de la persona, “todos los hombres, de cualquier raza, condición y edad en cuanto participantes de la dignidad de personas, tienen el derecho inalienable a una Educación que responda al propio fin, al carácter, al diferente sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias”[10].
Nuestra constitución dice al respecto: “por consiguiente se proclama la Educación como un derecho humano y un deber constitutivo de la raíz más esencial de la democracia, y se declara gratuita y obligatoria, y la asume el estado como una función indeclinable y de servicio público”[11]
Podemos apreciar, lo de acuerdo que están la Iglesia y el gobierno que, lo fundamental para el hombre es la Educación. Una reclama el derecho de los hijos de Dios. Y la otra dice que sí y añade que esta Educación es totalmente gratuita.
“La Educación es una actividad… esencialmente humanizadora, se comprende entonces, que el objetivo de la Educación genuina es la de humanizar y personalizar al hombre”[12], “la Educación humaniza y personaliza al hombre cuando logra que éste desarrolle plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolos fructificar en hábitos de comprensión y de comunión con la totalidad del orden real por los cuales el mismo hombre humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la sociedad”[13].
En la sociedad venezolana, la Educación en vez de humanizar a los jóvenes, los llena de un materialismo y de una mentalidad libertina[14] y libidinosa[15]. Nos referimos a la Educación transmitidas por los medios de comunicación (televisión, cine y radio), publicidad (vallas, avisos, prensa, revistas pornográficas, afiches etc.)Nuestros hijos son victimas de la secularización y sensualismo del siglo XXI.
“La labor educativa se desenvuelve entre nosotros en una situación de cambio socio-cultural caracterizada por la secularización de la cultura, influida por los medios masivos de comunicación y marcada por el desarrollo económico cuantitativo que, si bien ha representado algún progreso, no ha suscitado los cambios requeridos por una sociedad más justa y equilibrada. La situación de pobreza de gran parte de nuestros pueblos está significativamente correlacionada con los procesos educativos. Los sectores deprimidos muestran las mayores tasas de analfabetismo y deserción escolar y las menores posibilidades de obtener empleo”[16].
“La familia es la primera escuela de formación moral y religiosa y para la transmisión de los valores más preciosos”[17]. Por tanto la Educación tiene un papel importante dentro de la familia: padres e hijos forman la relación educativa natural y ejemplar, y la Educación familiar está en la base de la Educación, en todas las formas de convivencia humana; y como emanación de la familia nace la escuela.
CONCLUSIÓN
Haciendo una pequeña conclusión, sobre el ideal de la educación o lo que debería ser, sabemos que la educación es una relación interpersonal, porque es esencialmente diálogo, comunicación de amor. Que se presenta como promoción del desarrollo del sujeto, que llevan a la promoción moral y ética del individuo.
A la luz del documento de puebla podemos constatar que “todo hombre, por ser persona, tiene el derecho inalienable a la educación que responda al propio fin, acomodada a la cultura y a las tradiciones patrias” (P. 1034), es decir todo hombre rico o pobre, indígena o no indígena, según la situación en que esté. No podemos hablar de la liberación del yugo de la miseria, sino salimos de la esclavitud de nuestras ambiciones de humillar al más desvalido, solo porque tenemos una situación superior.
Aristóteles nos dice, que cada persona tiene una ciencia, pero tiene que pasar de potencia al acto, aprendiendo el saber de quien actualmente lo posee y es capas de enseñarlo (Diccionario de filósofos, ediciones Rioduoero), es decir, la educación es una relación fundada en el derecho de cada hombre de ser ayudado en la medida en que lo necesite para la realización de su fin. hay que cultivar para cosechar, no podemos pretender que los hombres del mañana sean todos unos incultos.
La primera tarea del gobierno, es buscar una alternativa para que la educación sea más asequible para los menos pudientes, los pobres.
La Iglesia es la primera responsable de la educación… “la iglesia proclama libertad de enseñanza… al mismo tiempo se presenta como colaboradora en el quehacer educativo de nuestra sociedad pluralista” (P. 1037).
Ante el fenómeno de injusticia y pobreza, la iglesia, quiere despertar la conciencia a los mandatarios, de la situación de que afecta la educación y que propone el mensaje de Cristo, la fraternidad y la solidaridad con los más pobres. Pues, El lujo de unos pocos se convierte en insulto contra la miseria de grandes masas (P. 28).
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