GRUPO DE ESTUDIO SSIA-IVCPASA

miércoles, 21 de diciembre de 2011

APUNTES DE FILOSOFIA

ELABORADO POR:
»  CASTILLO PEROZO, FRANKLIN JAVIER.
»  COLINA VILLA, JESÚS ENRIQUE.
»  DORANTE LEAL, JAVIER ALEXANDER.
»  HOYO COLMENARES, JERWIN CEFERINO.
»  LEÓN, VALERI, RICHARD.
»  MAVARES MILLANO, ORÁNGEL RAMÓN.
»  MONTIEL MONTIEL, JUAN JOSÉ.
»  PEREIRA BELLO, BISMAR ANTONIO.
»  QUINTERO MEDERO, JESÚS RAFAEL.
»  RAMÍEREZ MARTÍNEZ, JESÚS DARIO.
»  SÁNCHEZ GALICIA, JUAN CARLOS.
»  SÁNCHEZ MELÉNDEZ, JOSÉ GREGORIO.
III AÑO DE FILOSOFÍA.
MARACAIBO, 2002.
FILOSOFÍA ANTIGUA: Juan José Montiel Moniel.
        HERÁCLITO: monismo dinámico.
            Su doctrina marca un gran avance sobre los milesios. Formula vigorosamente el problema de la unidad permanete del ser frente a la pluralidad e inestabilidad de las cosas particulares transitorias y aspira a resolverlo estableciendo la existencia de una ley universal fija que rige todos los acontecimientos particulares, y que es el fundamento de la armonía universal del cosmos por encima de la antítesis y contradicciones. Su filosofía esta recogida en una obra titula sobre la naturaleza  de la que se conocen muchos fragmentos.
        MOVILISMO.
            La movilidad de todas las cosas (panta rei = todo cambia) es atestiguada tanto por algunos de los fragmentos más conocidos de Heráclito << en el mismo río, ciertamente, no es posible entrar dos veces>>, como por testimonios posteriores: << Heráclito dice en alguna parte que todas las cosas se mueven y nada está quieto>. Y es en este punto donde manifiesta en primer lugar su novedad respecto a los milesios.
            El problema del movimiento está presente tanto en Heráclito como en sus predecesores, pero mientras para estos es sólo un problema implícito. Heráclito lo propone como tema a se y punto de partida de su doctrina.
            La novedad de la doctrina heraclítea está precisamente en señalar la movilidad, en remarcar el dinamismo esencial de todo lo real; todo cambia, cambian las cosas y cambiamos nosotros, lo único que permanece es el devenir  y en esto consiste la realidad de la cosas.
            Heráclito, acentúa el carácter dinámista iniciado por Anaximandro y Anaxímenes, con un profundo sentimiento del movimiento, la inestabilidad e impermanencia de la cosas particulares. Nada permanece fijo ni estable. Todo fluye. Todo cambia y se está haciendo siempre, y en este hacerse (gignesqai), en la continua transformación consiste la esencia de las cosas, las cuales son y no son a la vez.
        ARMONÍA DE LOS OPUESTOS.
            Heráclito explicaba el continuo cambio presente en todas las cosas como un alternarse incesante entre los contrarios. Para Heráclito, sin embargo, los opuestos no explican sólo el paso de una sustancia a otra sino, sino la esencia misma de cada cosa. Es precisamente la oposición permanente de los contrarios el fundamento de la estabilidad, de la realidad de las cosas
            Para Heráclito, por tanto, el único mundo verdadero es el mundo de los opuestos, en que los contrarios se exigen mutuamente:
            Y oponiéndose, sin embargo, se armonizan, se unifican hasta conducir o al menos, hasta negar su distinción absoluta.
            Igual que cada realidad encierra una síntesis de contrarios, el conjunto de todas ellas es también entendido por Heráclito como unidad, como armonía universal que significa y abraza toda multiplicidad: Y esa armonía es Dios, lo divino:;
        CRÍTICA DE PLATÓN Y ARISTÓTELES.
            Aristóteles por su lado crítica el siguiente concepto "el ser es inseparable de este continuo movimiento, el tiempo desplaza incesantemente las cosas, nada reposa sino cambiando; es decir: el movimiento no es algo sobreañadido, si constitutivo del ser".
            El influjo inmediato de Heráclito en Platón y Aristóteles, se realiza a través de los llamados heracliteanos, especialmente Cratilo, maestro de Platón. Que exageraron su doctrina y la presentaron de un modo unilateral, como un movilismo extremo. Esto influye en la valoración que Platón y Aristóteles.
            De Heráclito se retiene tan sólo al movilista absoluto que negó la permanencia de las cosas (a); a partir de aquí su doctrina se entiende también como negación del principio de no contradicción (b) y como relativismo y escepticismo.
            Platón hace una viva pintura de los heracliteanos o movilistas. De su propio maestro. Comentando, "a fuerza de dar vuelta buscando la naturaleza de los seres, éstos han llegado a sentir vértigo; y en consecuencia, les parece que las cosas dan vueltas, arrastradas en un movimiento universal…, según ellos, no hay en las cosas nada permanente ni fijo, se escurren o fluyen y se mueven, y están llenas de movimiento y devenir".
            Aristóteles tiene la misma imagen de ellos. Pero aclara que es imposible, que alguien crea que una cosa puede ser y no ser al mismo tiempo.
            Platón y Aristóteles exageraron el dinamismo heraclíteo sin comprender que el dinamismo tiene un limite, que las cosas tienen una realidad, una estabilidad fundamental, eso sí, en la permanente oposición de los contrarios, en la tensión constante entre ellos.

        EL FUEGO COMO PRIMER PRINCIPIO.
            Heráclito señala el origen del mundo como emanación del fuego. <<Este mundo, el mismo de todos, no lo hizo ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que siempre fue, y es, y será, fuego siempre vivo, que se enciende según medida y se apaga según medida>>…, <<todas las cosas se cambian recíprocamente con el fuego y en el fuego, a su vez, con todas las cosas, como las mercancías con el oro y el oro con las mercancías.
            El motivo por el que Heráclito señaló el fuego como principio material de todas las cosas, parece claro si se piensan en sus características, que expresan mejor que las de cualquier otra substancia la  continua movilidad y armonía presentes para él en toda realidad.
            Este fuego primordial, al igual que el agua de Tales o el aire de Anaxímenes, se cambian en formas más diversas; de él proceden todas las cosas y en ellas permanecen como substrato inalterable.
        EL LOGOS.
            Heráclito entendió como principio material al fuego, que también denominó logos, regla según la cual todas las cosas se realizan, la ley común a todas las cosas.
            La causa última de todas las transformaciones del Cosmos y de la armonía universal que de ellas resulta es una Razón eterna (logoV,gnvmh) que rige y gobierna todas las cosas y está presente en todas ellas. Todo cambia , se muda y se transforma, excepto la Razón, que, a manera de una ley, preside, impulsa y regula todas las mutaciones, permaneciendo ella misma e inalterable. y de esta manera en todo existe un orden racional.
            ¿Cómo debe entenderse esa Razón universal? ¿Es inmanente o trascendente? ¿Se distingue realmente del fuego y de cuantas cosas resultan de su transformación incesante, o se identifica con la realidad única universal? Heráclito parece dar a entender que es distinta y superior al mismo fuego, puesto que este es la materia primordial y permanente en perpetuo hacerse, mientras que la Razón permanece inalterable a través de todas las transformaciones. Incluso llega a afirmar que esa Razón se identifica con Dios: queriendo o sin querer, se la debe llamar Zeus. No obstante, Heráclito no llegó a formular el concepto de un Dios trascendente y separado del mundo. Su logos, más que como una inteligencia personal y separada, o como una causa extrínseca y ordenadora (concepto de un dios Demiurgo), debe entenderse como una ley necesaria (nomoV, moira, anaykh, eimarmene, Dikh) (aquí puede entreverse el concepto del devenir) inmanente al fuego que es la sustancia única, y a las cosas que resultan de su movimiento incesante de transformación. Todo esto se hace por necesidad. Necesidad y Logos son una misma cosa.
ARMONÍA UNIVERSAL: en este sentido, se puede entender una armonía entre los opuestos, es decir, procediendo todas las cosas de un mismo principio, los contrarios son también una misma cosa. Con la lucha de los contrarios <<se unifican las oposiciones y de cosas diferentes cosas brota una bellísima armonía
        EL ALMA.
        Heráclito hace coincidir la naturaleza del alma con el primer principio. Para él, el alma consta de fuego, de exhalaciones secas y calientes. Cuanto más seca se mantenga el alma, más sabia será; al contrario, toda posible contaminación de humedad, significaría disminución de la razón.
            Además, Heráclito reconoce en el alma -posiblemente por su conexión con el logos universal- la parte infinita del ser humano.
            (Antropología) el hombre está compuesto de cuerpo y alma. Los cuerpos se conforman en la vía descendente de las exhalaciones oscuras y opacas de la tierra. Las Almas, en la vía ascendente, de exhalaciones puras y transparentes del aire al desecarse del agua (ejemplo lluvia y evaporación). El alma es de naturaleza aeriforme, se renueva constantemente por la respiración. Su perfección depende de su sequedad y de su mayor  o menor proximidad al Fuego, de cuyo contacto se mantienen como los carbones. Las almas más secas son las mejores y las más sabias.
        PARMÉNIDES: monismo estático.
            Escribió un poema en hexámetros. Adopta una actitud polémica, por una parte contra el dualismo de los pitagóricos (ser y no-ser, pneuma, infinito y cosmos, lleno y vacío), y por otra contra el movilismo de Heráclito, a cuyos partidarios califica con duros epítetos.
        ARGUMENTACIÓN.
            Parménides, en su poema didáctico, en hexámetros, sobre la naturaleza describe no sin patetismo cómo marchó, en un carro, más allá de la órbita del sol y de las fronteras del día y de la noche, y allí fue instruido por la diosa Dike sobre la verdad del ser y el engaño de la apariencia.  La obra está dirigida contra Heráclito, que declaró el mundo de apariencias del devenir como el ser mismo.
            La diosa enumera tres caminos: primero el de la verdad, que el ser existe, y es imposible que el ser no exista; segundo, el del error, que el ser no existe, y es necesario que no exista. Otro tercer camino es el de la opinión, que el ser existe y no existe a la vez.
            "Dos caminos de investigación es posible pensar: uno, que el ser no existe, y es imposible que el ser no exista. Es el camino de la razón, a la cual sigue la verdad. Y otro, que el ser no existe , y que es necesario que no exista , el cual te digo que es un camino completamente privado de conocimiento , porque no se puede ni conocer el no-ser ni tampoco expresarlo…, por lo tanto, es necesario pensar y decir que el ser existe , porque existe el ser ,pero la nada no existe. Y todo esto lo dice la diosa."
        EL SER.
            Parménides toma por guía la razón, abandonado en el testimonio de los sentidos, en los cuales no hay verdad digna de fe, y adopta una posición realista frente a Heráclito y los pitagóricos.
            Ante el ser hay tres actitudes posibles: Iª , el no-ser existe, esta argumentación es propia de los pitagóricos, los cuales para afirmar el movimiento y la pluralidad de los seres, admitían el vacío, o el no-ser fuera del Cosmos esférico, que al penetrar dentro de éste por medio de la respiración cósmica lo disgregaba y multiplicaba en muchos seres numéricamente distintos. Contra ellos opone Parménides: el no-ser no existe, y, por lo tanto, no puede disgregar internamente al ser, siendo éste uno, indivisible e inmóvil.
IIª El ser existe y no existe a la vez, aludiendo a Heráclito, que admitía la unidad del ser, pero en perpetuo movimiento, originándose la pluralidad de las cosas de los encuentros entre los contrarios en las diversas fases de la transformación del Fuego. Contra esto arguye Parménides: es absurdo que el ser exista y no exista a la vez. Pero si se diera movimiento, el ser existiría y no existiría a la vez. Por consiguiente, el ser es inmóvil.
IIIª El ser existe y es imposible que no exista. En esta formula se sintetiza todo su <<realismo>>: << El ser existe y el no-ser no existe. Tu no saldrás nunca de aquí>>, sólo existe el ser y no existe el no-ser. No existiendo el no-ser, es imposible la división interna del ser. Por lo tanto, el ser es un, único y compacto. Los <<seres>> particulares son nada más que ilusiones u <<opiniones>> de los sentidos. Tampoco puede darse el movimiento, pues no existe distancia entre los seres ni espacio vacío en la cual pudiera realizarse. Así, `pues, toda la realidad, tal como la percibe la <<razón>>, no es más que un ser único, compacto, finito, limitado e inmóvil (monismo estático del ser finito).
Cualidades del ser. el ser es:
UNO: <<Puesto que ahora es juntamente todo, uno y continuo>>. <<Todo completo, único en su especie, inmóvil y sin término>>. <<Todas las cosas son uno>>.
ETERNO:. <<Nunca ha sido ni será, pues es ahora juntamente todo, uno y continuo>>. El ser tiene que haber salid del ser de la o de la nada. De la nada puede salir. De sí mismo tampoco. Luego el ser es eterno, no ha tenido principio ni tampoco tendrá fin.
IMPERECEDERO:.<<No hay nacimiento ni muerte>>. <<Son nombres vanos  todas las cosas que los mortales afirman creyéndolas verdaderas: el nacer y el morir, el ser y el no-ser, el cambiar de lugar y el mudar el brillante color>>.
ENTERO E INMÓVIL: << El destino ha encadenado al ser a ser todo entero e inmóvil>>. <<El ser, siempre igual a sí mismo, permaneciendo el mismo, reposa en sí mismo>>. No pueden darse mutaciones cualitativas ni cuantitativas, como tampoco movimiento local. Para que se diera movimiento sería preciso que existiera el espacio vacío. Pero el espacio vacío o es ser o no-ser. Si no es no-ser, el ser se movería en la nada. Si es ser se movería dentro de sí mismo. Luego no puede darse el movimiento (contra Heráclito y los pitagóricos).
CONTINUO HOMOGÉNEO E INDIVISIBLE: El ser no está dividido por el no-ser o por el vacío (contra los pitagóricos). El ser es igualmente ser en todas sus partes ( contra Anaxímenes). El ser es de igual fuerza  desde dentro hacia  todos sus lados, ya que no puede ser aquí demasiado y allí poco, no habiendo nada que le impida ser por doquiera semejante  a sí mismo; ni el ser es tal que pueda haber aquí más allí y allí menos ser.
LLENO, COMPACTO, FINITO, LIMITADO Y ESFÉRICO. El ser es una esfera redonda, llena, compacta, igual y homogénea en todas sus partes, que tiene un limite extremo, dentro del cual lo mantiene las ligaduras de la Necesidad.
<<Ser y pensar es lo mismo>>. Esta frase no debe entenderse en el sentido hegeliano de que el pensamiento se identifique con el ser, sino solamente en cuanto que puede pensarse lo que existe (el ser), mientras que lo que no existe (el no-ser, la nada) no se puede pensar.
        LA VÍA DE LA OPINIÓN.
            Al lado de la absoluta verdad, del ser, y distinguiéndolas del error, sitúa Parménides las opiniones del los hombres, no se atienen a la inteligencia sino que se dejan guiar por los sentidos. La naturaleza, el mundo que ante la inteligencia aparece unificado en razón del ser, se presenta a los hombres como voluble y perecedero. Sólo existe una realidad, pero susceptible
        SÓCRATES:

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